
Redacción/CARIBE PENINSULAR
CANCÚN .- Ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil alzaron la voz una vez más para rechazar públicamente la posible venta de los terrenos colindantes a playa Marlín, una de las últimas playas con acceso público, libre en Cancún.
El anuncio, difundido a través de un pronunciamiento conjunto, advierte que esta decisión sería un golpe directo a los derechos ambientales, el tejido social y la identidad territorial de la ciudad.
“Playa Marlín no está en venta”, es la consigna central del comunicado firmado por más de 20 colectivos, asociaciones civiles y activistas, entre ellos el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Greenpeace México, Selvame MX, Ciudadanos por la Transparencia y diversas agrupaciones vecinales, ambientales y culturales de la región.
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Las y los firmantes denunciaron que esta iniciativa no solo representa una amenaza para el acceso colectivo a uno de los pocos espacios costeros aún disponibles para los cancunenses, sino que también contraviene principios constitucionales, ignora compromisos internacionales y pone en riesgo la salud emocional y la cohesión social de quienes viven en la ciudad.
En el documento se destaca que playa Marlín es mucho más que un paisaje turístico: se trata de un espacio de identidad colectiva que ha sido escenario de convivencias familiares, aprendizajes intergeneracionales, recreación comunitaria y memoria compartida, por lo que privatizar su entorno, implica romper con ese vínculo emocional, ambiental y social.
“No se trata de cemento ni de metros cuadrados, sino de nuestro derecho a un medio ambiente sano, al acceso a los ecosistemas costeros y a la apropiación simbólica de un espacio que es de todos y todas”, señala el texto.
La reducción del espacio público, advirtieron, contrasta con las tendencias internacionales, que avanzan hacia modelos más equitativos, como la “ciudad de 15 minutos” o aquellas que integran infraestructura verde y azul como base para mejorar la salud urbana y la justicia ambiental.
“La venta de terrenos en Playa Marlín es una decisión regresiva, socialmente costosa e injustificable”, recalcaron, subrayando que Cancún no puede seguir alejándose del mar y reservando sus costas exclusivamente para intereses privados.