Ottawa ha dado un paso estratégico que marcará la pauta en las relaciones comerciales de Norteamérica. El gobierno canadiense abrió este viernes 19 de septiembre de 2025, un proceso de consulta pública para recabar opiniones sobre el funcionamiento del acuerdo comercial T-MEC con Estados Unidos y México. Este movimiento es crucial de cara a la primera revisión conjunta del pacto en 2026, buscando reflejar las prioridades nacionales y fortalecer su economía.
Proceso clave para el futuro comercial
La cancillería canadiense informó que los participantes tendrán un plazo definido para hacer llegar sus comentarios, desde el 20 de septiembre hasta el 3 de noviembre. Esta ventana temporal es vital para que las distintas voces de la sociedad, empresas y trabajadores, puedan influir en la postura de Canadá ante uno de los acuerdos comerciales más importantes del mundo.
Dominic LeBlanc, ministro encargado del comercio entre Estados Unidos y Canadá, subrayó la trascendencia de este ejercicio. «Sus opiniones nos ayudarán a garantizar que este acuerdo siga reflejando nuestras prioridades nacionales, fortalezca nuestra economía y cree oportunidades para las empresas y los trabajadores de todo Canadá», afirmó. La declaración enfatiza la visión de un T-MEC que debe evolucionar para satisfacer las necesidades y ambiciones económicas del país.
El pulso regional: Posiciones frente a la revisión de 2026
La revisión del T-MEC en 2026 no se perfila como un proceso sencillo, según ya adelantó en su momento Marcelo Ebrard. Las tensiones y los intereses divergentes entre los socios son una realidad latente. En este contexto, la iniciativa de Canadá de consolidar su visión interna resulta estratégica.
Del lado mexicano, ya se han visto movimientos y declaraciones que reflejan la importancia del pacto. La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha manifestado una postura de fortalecimiento del T-MEC, destacando un «buen encuentro» con Mark Carney. Además, México y Canadá firmaron un plan de acción con miras a la renegociación, aunque Sheinbaum también ha descartado una alianza contra aranceles de Estados Unidos, señalando la complejidad de las dinámicas bilaterales. Estas interacciones previas subrayan que cada nación llega a la revisión con sus propias agendas y estrategias definidas.
La apertura de estas consultas públicas por parte de Canadá no es solo un trámite burocrático; es una declaración de intenciones. Representa la preparación de un actor clave para defender sus intereses y moldear el futuro de la integración económica regional.
La postura de Canadá, articulada mediante estas consultas, sentará un precedente para las negociaciones futuras. La complejidad del T-MEC y las dinámicas geopolíticas actuales demandarán una estrategia unificada y coherente para el bloque norteamericano. ¿Podrá el T-MEC adaptarse a las cambiantes prioridades de sus socios sin fracturar la integración regional?