
En Morena siguen con el juego de “que sí, que no, que quién sabe” sobre renovar su comité y su delegación estatal.
En teoría, ¿para qué moverle? Morena ya arrasó en casi todo, aunque en algunos municipios como Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y Tulum necesitó del Verde.
Pero seamos francos: la dirigencia de Morena es como las esferas, las luces y la estrella. Los triunfos guindas se deben a su estructura y a los programas sociales. Sus líderes solo sirven para cumplir con los trámites electorales.
Eso sí, los partidos también necesitan parecer partidos. Y sería bueno que Morena tuviera dirigencias reales, con liderazgos auténticos.
Si llegara una nueva dirigencia, quizá daría señales de si Luisa Alcalde y “Andy” López piensan en serio construir un partido de verdad en los estados.