
El declive silencioso del catolicismo en México comienza a notarse, no en las misas vacías, sino en los templos cerrados. La oferta religiosa ha cambiado de manos.
El catolicismo dejó de ser el único relato espiritual dominante en México. En menos de tres décadas, los templos evangélicos no solo han crecido: han reconfigurado el panorama religioso, social y territorial del país, especialmente en zonas rurales y urbanas marginadas, donde la Iglesia católica ha perdido presencia institucional, vocacional y simbólica.
Una fe en transición: del altar al garaje
¿Qué pasa cuando los templos católicos se vacían y los salones de fiestas se llenan de fieles?
El catolicismo en México aún concentra la mayoría de creyentes si se mira desde los censos poblacionales. Sin embargo, esta percepción comienza a fracturarse al analizar los datos desde otra óptica: la infraestructura religiosa activa. Un análisis de los censos económicos del INEGI y los registros de la Secretaría de Gobernación revela una transformación estructural.
Entre 1992 y 2019, el número de templos católicos cayó de 43,387 a 31,918. Mientras tanto, los templos evangélicos crecieron a más del doble, pasando de 22,940 a 54,939. Para 2024, esta tendencia se ha profundizado, consolidando a los evangélicos como la mayoría en cuanto a oferta de espacios de culto.
“No se trata solo de un cambio religioso, sino de un reacomodo territorial del poder simbólico”, apunta el antropólogo social Gabriel Castillo, especialista en religiosidad popular en el sureste mexicano.
Templos en cifras: ¿qué nos dice el territorio?
La tierra habla. Los templos también.
Una lectura crítica de los datos del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDABIN) y el INEGI muestra una discordancia inquietante. Mientras el INDABIN registra más de 11,000 templos católicos como propiedad de la nación, el INEGI no los identifica como activos. La razón más probable: muchos están cerrados, sin sacerdotes ni fieles.
En cambio, los evangélicos no solo han crecido en cifras absolutas, sino también en presencia física:
- 86,857 templos religiosos en total (2019)
- 31,918 católicos (36.8%)
- 54,939 evangélicos y no católicos (63.2%)
- 31,918 católicos (36.8%)
Y esto sin contar las miles de congregaciones evangélicas que se reúnen en casas particulares, locales rentados, escuelas o terrenos baldíos, fuera del radar del censo económico.
El Caribe Mexicano y el sur: un laboratorio de pluralismo religioso
Quintana Roo, Chiapas, Tabasco y Campeche como epicentro del cambio
En Chiapas, el evangelismo ha tenido una presencia histórica desde mediados del siglo XX. Hoy, comunidades completas se declaran no católicas. En Tabasco y Campeche, los templos neopentecostales dominan en zonas periurbanas, muchas veces sustituyendo el rol de la parroquia como centro comunitario.
En Quintana Roo, el fenómeno toma otro matiz. Las ciudades turísticas como Cancún y Playa del Carmen ven surgir iglesias evangélicas de enfoque empresarial y multilingüe, pensadas para atender tanto a población migrante como a turistas en busca de experiencias espirituales “modernas”.
“Aquí hay iglesias donde predican en inglés, portugués y hasta francés. Es un mercado espiritual”, señala Juanita Méndez, investigadora del Colegio de la Frontera Sur.
¿Quiénes son los nuevos protagonistas religiosos?
Pentecostales, adventistas, bautistas, espiritualistas y más
El crecimiento del evangelismo no es homogéneo. Según los registros de la Secretaría de Gobernación, las tendencias más consolidadas son:
Pentecostales y neopentecostales
Más de 7,000 templos. Su éxito radica en un enfoque emocional, carismático y comunitario.
Adventistas del Séptimo Día y Testigos de Jehová
Sumados, también superan los 7,000 templos. Tienen estructuras misioneras muy sólidas y presencia en zonas marginadas.
Bautistas
Cerca de 4,000 templos, en su mayoría fundamentalistas. Superan numéricamente a los afiliados a la Convención Nacional Bautista.
Presbiterianos, metodistas y otras iglesias “históricas”
Alrededor de 2,000 templos, muchos con fuerte arraigo en comunidades indígenas y urbanas tradicionales.
Iglesias espiritualistas mexicanas
Un caso aparte es el espiritualismo trinitario mariano, un movimiento nacido en México con fuerte arraigo popular. Aunque su número exacto es incierto, se calcula que hay miles de congregaciones no registradas oficialmente.
Regulación, poder y autonomía: las reglas del juego con el Estado
¿Quién fiscaliza la fe?
Desde 1992, con la reforma constitucional que otorgó personería jurídica a las iglesias, cada asociación religiosa debe registrarse ante la Secretaría de Gobernación.
Actualmente existen más de 4,000 asociaciones religiosas independientes, muchas agrupadas en redes como la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (CONFRATERNICE), que agrupa más de 10,000 congregaciones con autonomía teológica.
“Este marco legal permite una diversificación sin precedentes. Pero también plantea retos de fiscalización, transparencia y control sobre discursos extremistas”, advierte la socióloga Mariana Romero.
La voz de los púlpitos: política, medios y discurso social
¿Qué narrativas construyen los nuevos liderazgos religiosos?
Mientras que la Iglesia católica enfrenta una crisis de vocaciones y liderazgo envejecido, las iglesias evangélicas han consolidado liderazgos jóvenes, carismáticos y mediáticos, muchos con presencia activa en redes sociales y medios locales.
En Quintana Roo y Tabasco, varios pastores evangélicos han incursionado en la política local, e incluso han influido en la agenda de seguridad, género y salud pública.
“Los púlpitos evangélicos ya no son solo espacios espirituales: son plataformas sociales”, afirma el politólogo Alejandro Ruiz.
De lo privado a lo público: la nueva geografía de la fe
¿Qué pasa cuando una iglesia cabe en una sala?
La flexibilidad organizativa de las congregaciones evangélicas permite una expansión territorial más rápida. A diferencia del catolicismo, que requiere un sacerdote ordenado y templos formales, los evangélicos pueden abrir iglesias en casas, cocheras o locales comerciales.
Esto ha dado lugar a una microgeografía religiosa, donde cada colonia puede tener varias congregaciones activas que compiten por atraer fieles.
¿Y el futuro del catolicismo?
Entre el patrimonio, la nostalgia y el cambio
El catolicismo en México enfrenta su momento más desafiante desde la Reforma. No solo pierde fieles, sino estructura institucional. El envejecimiento de los sacerdotes, la falta de vocaciones, la pérdida de feligresía activa y el cierre de templos son síntomas de un modelo pastoral que no ha logrado adaptarse.
Sin embargo, el capital simbólico del catolicismo sigue siendo fuerte en rituales sociales (bautizos, bodas, fiestas patronales), en el arte sacro y en la presencia patrimonial. La Iglesia católica aún posee una de las redes de templos históricos más amplias del país.
“El problema no es la fe, es la falta de estrategia pastoral”, concluye el teólogo y ex seminarista José Luis Rivas.
México, país de muchas iglesias
La pluralidad religiosa ya no es un fenómeno emergente, sino una realidad consolidada en el México del siglo XXI. Esta transformación afecta no solo al ámbito espiritual, sino también al territorio, la política, los derechos y la vida cotidiana.
Los templos hablan. Y hoy, los que más hablan no son de piedra antigua ni de oro barroco: son de block, techo de lámina y micrófono en mano.