
La doble cara de la calificación de México: reconocimiento internacional y advertencia sobre riesgos estructurales
La ratificación de la deuda mexicana en grado de inversión por parte de Fitch parece una buena noticia.
Y lo es, parcialmente. Pero bajo la superficie se esconde una advertencia seria: la economía mexicana sigue extremadamente expuesta a factores externos, en particular al proteccionismo de Estados Unidos y a los pasivos de Pemex.
Un voto de confianza con reservas: el análisis de Fitch
Política macroeconómica prudente… pero con límites
La agencia Fitch Ratings ratificó la calificación de la deuda soberana de México en BBB-, manteniendo así su estatus de grado de inversión. Esta categoría indica que el país no enfrenta, en el corto plazo, un riesgo significativo de impago.
De acuerdo con la calificadora, esta decisión se basa en tres pilares fundamentales:
- Un marco de política macroeconómica prudente.
- Finanzas externas robustas.
- Una economía grande y diversificada.
En otras palabras, México sigue siendo confiable para los inversionistas globales, por ahora.
Sin embargo, el informe también marca claros límites estructurales que frenan el crecimiento de largo plazo:
- Gobernanza débil.
- Bajo nivel de recaudación tributaria.
- Rigidez presupuestaria.
- Riesgos derivados de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Vulnerabilidad frente al entorno internacional
Fitch proyecta que la economía mexicana se contraerá 0.4% en 2025, un dato que no pasa desapercibido. Entre las causas señaladas destacan:
- La política comercial incierta de Estados Unidos.
- Nuevos aranceles impulsados por Donald Trump.
- El enfriamiento económico de la economía estadounidense.
- Ajustes fiscales locales que limitan el margen de acción.
Pero el factor más delicado es la alta dependencia de México respecto a su vecino del norte. Según Fitch, las exportaciones a Estados Unidos representaron 27% del PIB mexicano en 2024, lo que convierte al país en uno de los más expuestos del mundo al viraje proteccionista en Washington.
Hacienda celebra: México mantiene respaldo de las calificadoras
Ocho agencias internacionales respaldan la deuda mexicana
Pese al tono cauteloso de Fitch, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) celebró la ratificación, destacando que México conserva el grado de inversión con las ocho agencias internacionales que evalúan su deuda.
En un comunicado oficial, Hacienda subrayó que Rating and Investment Information (R&I) también ratificó recientemente la calificación de deuda soberana mexicana en BBB+, con perspectiva estable.
Este tipo de respaldo es clave para:
- Mantener costos bajos de financiamiento en los mercados internacionales.
- Reforzar la confianza de inversionistas extranjeros.
- Garantizar el acceso al crédito en momentos de tensión global.
La narrativa oficial: estabilidad frente a la incertidumbre global
Hacienda asegura que las decisiones de Fitch y R&I reafirman la fortaleza del marco macroeconómico nacional. Según el gobierno, estas ratificaciones:
- Permiten al país seguir accediendo a crédito en condiciones favorables.
- Reiteran el compromiso con la estabilidad fiscal.
- Respaldan una trayectoria sostenible de la deuda pública.
No obstante, si bien la comunicación institucional pone énfasis en los logros, las advertencias de Fitch siguen ahí: no hay garantía de que esta estabilidad se mantenga en el mediano plazo sin reformas estructurales profundas.
¿Qué significa realmente mantener el grado de inversión?
México evita el “basura”, pero camina la cuerda floja
La calificación BBB- representa el último escalón antes de caer en lo que se conoce como grado especulativo, o “bono basura”. Estar por debajo de este umbral suele disparar:
- Ventas masivas de bonos por parte de fondos institucionales.
- Incrementos en las tasas de interés que paga el país.
- Deterioro de la confianza internacional.
Por eso, aunque la noticia puede parecer positiva en apariencia, el subtexto es claro: México está a una degradación de entrar en zona de alto riesgo financiero.
Pemex, un talón de Aquiles persistente
Uno de los factores más recurrentes en los informes de las calificadoras es Pemex, la petrolera estatal. Su elevada deuda, bajo rendimiento operativo y necesidad de apoyo fiscal la convierten en un pasivo contingente crítico para las finanzas públicas.
Cada peso que el gobierno destina a salvar a Pemex es un peso que deja de invertirse en salud, educación o infraestructura. Y las agencias lo saben.
Contexto regional: ¿cómo afecta esto al sureste mexicano?
El Caribe mexicano y el sur dependen del entorno macroeconómico
Aunque estos temas se discuten en términos nacionales, tienen una repercusión directa en regiones clave como el Caribe mexicano y el sureste del país.
- El turismo, motor económico del Caribe, depende del flujo de dólares y de la estabilidad cambiaria.
- La inversión en infraestructura, como el Tren Maya, requiere financiamiento sostenido y costos de deuda manejables.
- La continuidad de programas sociales en zonas de alta marginación del sur está atada a la salud fiscal del gobierno federal.
Una baja en la calificación de deuda afectaría el acceso a recursos y la implementación de proyectos estratégicos en el territorio.
Estabilidad sí, pero no suficiente
Fitch lanzó un mensaje mixto: México mantiene la confianza de los mercados, pero no puede relajarse. Las condiciones actuales son frágiles y, en ausencia de reformas fiscales, políticas energéticas eficientes y mejoras en gobernanza, el margen de maniobra se reduce.
El contexto global no ayuda: un posible regreso de Donald Trump y un giro agresivo al proteccionismo en EE.UU. podrían agravar la situación económica mexicana en los próximos meses.
El país resiste, pero necesita actuar. La calificación se sostuvo esta vez, pero no hay garantía de que se mantenga así en futuras revisiones. El tiempo corre.