
Aunque por un lado Morena se fortalece, por otro se le abren grietas.
Algo nunca antes visto ocurrió en el Cabildo de Benito Juárez: una regidora de Morena votó en contra de un acuerdo promovido por su propio gobierno municipal.
Se trata de Miriam Morales Vázquez, la única de los 11 concejales de la 4T que se opuso.
Cabe destacar que la regidora es identificada como cuota de los “puros”, grupo que —por cierto— sigue sintiéndose desplazado, ahora no solo por los verdes, sino por los exprianistas.
El tema fue la cuenta pública de 2024, y el disgusto de la regidora fue por falta de información… aunque no lo externó en sesión de Cabildo.
La realidad es que en Morena impera una disciplina vertical: los mejores diputados y regidores son los que obedecen sin chistar.
De hecho, como se puede constatar en el Senado y en la Cámara de Diputados, la sumisión es la llave para ascender en el autoritario morenismo caribeño.
Se puede carecer de talento, pero lo importante es obedecer.
Lo que hizo Miriam Morales Vázquez va más allá de una exigencia de transparencia o rendición de cuentas.