
Alejandro Peza/CARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.-La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) trabaja en un megaproyecto de drenaje pluvial que pretende poner fin a las inundaciones en la ciudad de Chetumal.
El director general de la CAPA, Hugo Garza Saenz aseguró que hay un avance del 40 por ciento en los estudios de mecánica de suelo, que concluirán en agosto próximo y permitirán definir la serie de obras de drenaje pluvial que se llevarán a cabo en Chetumal.
El director general de la CAPA, dijo que para ello se desarrolla un estudio de mecánica de suelo, con la finalidad de identificar el cambio geográfico de la ciudad, en razón a las nuevas zonas de riesgo.
Hugo Garza Saenz, explicó que el estudio lo realiza una empresa privada, e ingenieros de la CAPA, con un avance del 40 por ciento.
“El diagnóstico general estará concluido en agosto próximo, y con ello definir las obras que se requieren, como parte de un mega proyecto de drenaje pluvial en favor de la ciudad de Chetumal y sus habitantes”, comentó.
Expresó que una vez teniendo el diagnóstico, en lo que resta del año 2025 se elaborará el plan estratégico, incluyendo la planificación financiera, para que en el transcurso de 2026 se cuente con el presupuesto necesario y desarrollen los trabajos de obra, a fin de atender esta demanda de los habitantes de la capital de la ciudad Quintana Roo.
Hay que señalar que el investigador Manuel Camacho Sanabria, miembro del programa Investigadores Por México del Conahcyt y comisionado a la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo (UQRoo), encabeza un proyecto de mapeo que involucra directamente a la ciudadanía y se enfoca en zonas vulnerables de la ciudad.
Desde su incorporación a la UQRoo, el investigador ha trabajado junto con estudiantes y la también investigadora Rosalía López, para recabar datos precisos en colonias como Proterritorio, Caribe, La Franja y Bicentenario, partieron de entrevistas a vecinos afectados, cartografía colaborativa y análisis comparativo con información oficial, como el Atlas de Riesgo del municipio, que datos de 2011 y no ha sido actualizado desde entonces.
Manuel Camacho también destacó que las percepciones ciudadanas sobre las inundaciones han sido un insumo valioso para el análisis. Lo que algunos llaman “charcos” fuera de casa, dentro de los hogares se convierte en una inundación significativa. Asimismo, explicó que se detectaron prácticas equivocadas como destapar coladeras sanitarias creyendo que son pluviales, lo que empeora las condiciones de anegación.
Otro aspecto preocupante que identificaron es que las zonas de riesgo han cambiado con el tiempo. Algunas que antes eran afectadas ya no lo son, pero han surgido otras nuevas debido a cambios en la infraestructura urbana. Esto evidencia que la información del Atlas de Riesgo de 2011 está desactualizada y que la ciudad necesita con urgencia herramientas más dinámicas y actualizadas para tomar decisiones.
Además, criticó que las autoridades hayan apostado exclusivamente a estrategias de infraestructura gris, como colectores pluviales y pozos de absorción, que si bien pueden ser útiles, requieren un mantenimiento constante, algo que no siempre ocurre por falta de presupuesto. En cambio, señaló que no se han implementado estrategias verdes o azules, como áreas verdes para amortiguamiento o captación de agua en viviendas.