
Una familia sepultada bajo los escombros en Gaza: otra noche de horror
El zumbido de los drones precedió a la explosión. En el distrito de Sabrá, Ciudad de Gaza, una familia dormía cuando su refugio fue alcanzado por un misil israelí. Al amanecer, los cuerpos sin vida de cinco personas, tres de ellos niños, yacían entre los escombros. Son apenas algunos de los 23 palestinos asesinados durante la última ofensiva aérea de Israel.
Una guerra que no cesa
Una ofensiva sin pausa
Israel reanudó los ataques aéreos y terrestres sobre Gaza el 18 de marzo, rompiendo un alto al fuego que había ofrecido una breve tregua de dos meses. Desde entonces, las incursiones han sido constantes y letales. Las tropas israelíes han tomado más de la mitad del territorio, arrasando con barrios enteros en el norte de Gaza y la ciudad sureña de Rafah.
Gaza bajo sitio total
El bloqueo israelí, vigente desde hace tres meses, mantiene a más de dos millones de personas atrapadas sin acceso suficiente a alimentos, agua potable ni medicinas. Las cocinas de caridad, último recurso alimentario para miles, están cerrando por falta de suministros. El hambre se ha convertido en un arma de guerra.
La distribución de ayuda, bajo control militar
El rol de la ONU y la “Fundación Humanitaria de Gaza”
Mientras Israel intenta controlar la entrega de ayuda humanitaria, ha surgido un plan impulsado por contratistas de seguridad estadounidenses y exmilitares israelíes que se hacen llamar “Fundación Humanitaria de Gaza”. La ONU y organismos internacionales rechazan esta iniciativa, acusándola de carecer de neutralidad y transparencia.
Denuncias de crímenes de guerra
Organismos de derechos humanos han advertido que la táctica del bloqueo, al provocar hambre masiva, puede constituir un crimen de guerra. Israel justifica las restricciones como presión sobre Hamas para liberar a los rehenes, aunque no ha demostrado que la ayuda esté siendo desviada por el grupo armado.
Víctimas civiles y destrucción masiva
Cifras devastadoras
Según el Ministerio de Salud de Gaza, más de 52,800 personas han muerto en los 19 meses de conflicto. Más de la mitad de las víctimas son mujeres y niños. A esto se suman más de 119,000 heridos, en una franja de tierra donde los hospitales han sido bombardeados, los refugios no son seguros y la ayuda no llega.
Ataques a infraestructura humanitaria
El viernes por la noche, otro misil israelí impactó un almacén de la UNRWA en Jabaliya. El edificio estaba vacío, tras haber sido saqueado en repetidas ocasiones. Cuatro personas murieron en el ataque. Las imágenes difundidas por AP muestran llamas consumiendo lo que antes era un centro de distribución de ayuda.
Testimonios desde el territorio
“Lo escuchamos caer, pero no hubo tiempo de correr”
Residentes del distrito de Sabrá relatan la desesperación tras el ataque. “Lo escuchamos caer, pero no hubo tiempo de correr”, dice Mahmoud, vecino de la familia fallecida. “Sacamos los cuerpos con nuestras manos, sin herramientas. La ambulancia tardó horas. No hay gasolina. No hay nadie.”
Familias enteras desaparecidas
Las morgues están saturadas. Muchos cuerpos no han sido identificados. En algunos casos, sólo quedan fragmentos. Los niños muertos son enterrados sin nombres, envueltos en mantas, con lápidas improvisadas.
Propaganda y rehenes: la guerra mediática
Rehenes bajo coacción
Hamas publicó un nuevo video con los rehenes Elkana Bohbot y Yosef-Haim Ohana, secuestrados el 7 de octubre en un festival de música. Aparecen bajo coacción. Se trata del segundo video en mes y medio. Las imágenes buscan presionar a Israel, que afirma que aún hay 59 rehenes en Gaza.
Narrativas enfrentadas
Israel sostiene que ha eliminado a miles de combatientes de Hamas, pero no ha presentado pruebas. Mientras tanto, en Gaza las víctimas civiles siguen acumulándose, y las justificaciones militares no alcanzan a explicar la magnitud del sufrimiento.
El costo humanitario de una guerra prolongada
Una generación marcada
Los niños que sobreviven lo hacen bajo trauma constante. No hay escuelas, ni seguridad, ni atención psicológica. Viven entre ruinas, con miedo a dormir, con hambre como única constante. Médicos de la ONU alertan sobre el incremento de enfermedades gastrointestinales, respiratorias y mentales.
El colapso de un territorio
La infraestructura en Gaza está colapsada. Más del 70% de las viviendas han sido dañadas o destruidas. No hay agua corriente en muchas zonas. La red eléctrica está inactiva. Las comunicaciones son intermitentes. Cada día, más zonas se suman a la lista de inhabitables.
Una comunidad internacional dividida
Rechazo diplomático a la intervención israelí
Países como Noruega, Irlanda y España han denunciado la intervención israelí como desproporcionada. Piden un cese inmediato de hostilidades. En contraste, Estados Unidos sigue defendiendo el derecho de Israel a “protegerse”, aunque también ha presionado para permitir el ingreso de más ayuda humanitaria.
¿Y América Latina?
En América Latina, México ha mantenido una posición neutral, abogando por el derecho internacional y la solución de dos Estados. Sin embargo, la Cancillería ha evitado una condena directa al uso excesivo de la fuerza por parte de Israel, lo que ha generado críticas desde organizaciones de derechos humanos.
El futuro incierto de Gaza
Sin salida a la vista
Con la mayoría del territorio bajo control militar israelí, y sin un plan claro para el día después, Gaza se perfila como un territorio ocupado indefinidamente. La reconstrucción parece lejana, y el trauma colectivo se profundiza cada día.
¿Hacia una solución política?
La única salida viable, según analistas de la ONU, es una solución política negociada. Sin embargo, ni Hamas ni el gobierno de Netanyahu parecen dispuestos a ceder. Las voces de la sociedad civil, tanto israelí como palestina, claman por una paz duradera. Pero son silenciadas por las bombas.
¿Cuántas familias más?
El ataque que mató a 23 palestinos, incluidos tres niños, no es un hecho aislado. Es parte de una estrategia sostenida que busca controlar, castigar y arrasar. Gaza arde, y la comunidad internacional observa, muchas veces en silencio. ¿Cuántas familias más tendrán que ser enterradas bajo los escombros antes de que se escuche el clamor por justicia?