
Cancún no puede presumir ni de lejos que tiene la mejor red vial del país.
De hecho, la movilidad es un desastre.
Y el colmo: se ha normalizado lo que está mal.
Parece estrategia de gobierno.
Por ejemplo: ya es costumbre que colectivos y personas demandantes de justicia bloqueen la avenida Nichupté, justo frente a los juzgados penales orales.
Antes, esto se evitaba con conciliación política, tarea de figuras como Francisco “Paco” Carrillo, subsecretario de Gobierno en la Zona Norte, o Pablo Gutiérrez, secretario del Ayuntamiento.
Pero ahora esa función está rebasada, si no es que abandonada.
Los encargados de mantener el orden no pueden, no saben o no quieren.
¿La solución?
Normalizar los bloqueos.
Y que los ciudadanos se aguanten y que los culpables ahora son —convenientemente— los que exigen justicia o, bien, el Poder Judicial y sus jueces, que, por cierto, no se mandan solos.