Por Sergio R. Caballero
Buenos días, Arturo, y buenos días a la audiencia.
Vamos a comentar sobre como ya polarizó la interna morenista.
Morena en Quintana Roo, o mejor dicho el bipartito integrado por la formación guinda y el Partido Verde, enfrenta el peor de sus escenarios: la polarización.
El plan original está lejos de las y los que mandan en el cuatroteísmo caribeño, pero muy lejos, de lo que ahora ocurre en Morena rumbo a 2026 y 2027.
Si bien la elección es en 2027, el año realmente interesante es 2026, cuando Morena definirá a su candidato a la gubernatura.
En realidad, 2026 cobra, aunque parezca una exageración, mayor relevancia que 2027, pues no se vislumbra una elección competida ante una oposición incompetente y con enormes carencias. El próximo gobernador saldrá de quien resulte el candidato o candidata de Morena, solo o en alianza.
El plan original de la jerarquía cuatroteísta del estado era el del candidato único, en la persona del ex titular de Sefiplan y hoy senador Eugenio “Gino” Segura, surgido de la cantera del Partido Verde y que ahora luce la casaca guinda.
No obstante, poco a poco empezó a dilucidarse la aspiración de Rafael Marín, que ya en 2022 había alzado la mano tibiamente, pero al final se disciplinó ante los acuerdos tomados en Palacio Nacional.
En las últimas semanas se intensificó el activismo en favor del titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), con publicidad “disfrazada” en espectaculares y publicaciones, y brigadistas en las calles.
Promoción
Si bien, dentro del oficialismo, una vez y otra vez se insistía que Marín “ni quería”, el llamado Padre de Morena en Quintana Roo, a estas alturas, ya tiene cubiertos casi todos los frentes de promoción política.
Y este fin de semana ocurrió un temblor de gran magnitud en Morena, en el informe de la senadora Anahí González, cuya prolífica carrera política va de la mano de la influencia Rafael Marín.
En este acto político, en la Región 96 de Cancún, fue proyectado un mensaje de Marín, lo cual derivó en que los asistentes, en su mayoría marinistas, corearan la palabra Gobernador.
Pero hubo la réplica inmediata con la palabra Gobernadora.
Dos Bandos
El asunto va más allá de quién gritó o arengó con más furia; se definieron dos bandos. El de Marín, que toma la etiqueta de retador, y el del oficialismo, con Eugenio Segura, que porta la estafeta del actual gobierno estatal..
Es decir, las cosas se polarizaron en la sucesión, y en cualquier proceso interno, la polarización es el peor de los escenarios.
En Quintana Roo ya hubo procesos internos polarizados, en el viejo PRI, y los resultados fueron destructivos o, al menos, división.
Colaboración de hoy lunes en el noticiero “Buenos Días con Arturo Medina”











