
Mientras el peso mexicano se mantiene sorpresivamente fuerte, Banxico decidió bajar su tasa de interés a 8%. ¿Qué lectura debemos dar a este movimiento? Analizamos si obedece puramente a fundamentos económicos o si factores externos, incluyendo posibles presiones políticas, influyeron en la decisión del banco central.
La Paradoja del “Superpeso” y la Política Monetaria
El peso mexicano ha demostrado una resiliencia notable. Al cierre del jueves 26 de junio de 2025, la cotización alcanzó 18.86 pesos por dólar, consolidando una racha de apreciación. Este comportamiento se alinea con un ligero debilitamiento del Índice Dólar (DXY) a nivel global, pero la fortaleza de la divisa local ha superado consistentemente las expectativas. La tendencia continuó el viernes 27, rondando los 18.85 pesos.
En este contexto, la Junta de Gobierno de Banxico anunció un nuevo recorte a la tasa de interés interbancaria, bajándola 50 puntos base para ubicarla en 8.00%. Si bien es un nivel que aún puede considerarse restrictivo, la velocidad y el momento de la reducción generan debate.
La Justificación Oficial: Debilidad y Riesgos
Según el comunicado de Banxico, la decisión tomó en cuenta diversos factores:
El comportamiento del tipo de cambio (reconociendo la apreciación del peso).
La debilidad de la actividad económica interna.
El posible impacto de cambios en políticas comerciales globales.
El panorama inflacionario y el grado de restricción monetaria.
El banco central señaló que, si bien la actividad económica mostró una expansión moderada en abril, “persisten condiciones de holgura” ante la debilidad previa. Añadieron que el entorno de incertidumbre y tensiones comerciales implica “importantes riesgos a la baja”.
Más Allá del Comunicado: ¿Presión o Necesidad?
Fuentes consultadas en el círculo financiero y político coinciden en que la decisión de Banxico no es monolítica y abre la puerta a interpretaciones. Si bien la desaceleración global y cierta debilidad interna son innegables, la persistente fortaleza del peso (beneficiada, entre otros factores, por el carry trade ante tasas altas) y la inflación que, aunque controlada, sigue en niveles que exigen vigilancia, hacen que una baja agresiva de la tasa sea un movimiento delicado.
¿Señales de Alerta Ignoradas?
Analistas señalan que la inversión fija, motor clave de crecimiento, no ha recuperado dinamismo.
La incertidumbre regulatoria interna sigue siendo un lastre, poco mencionado en el discurso oficial del banco central.
- Algunos datos de consumo muestran signos de fatiga, no enteramente compensados por el efecto de las remesas.
Existe la lectura de que la administración federal podría ver con buenos ojos una reducción de la tasa para abaratar el costo de la deuda pública y buscar un impulso al crédito antes del final del sexenio o el inicio de uno nuevo. Sin embargo, comprometer la autonomía o credibilidad de Banxico es un riesgo alto. La decisión podría ser un equilibrio precario: ceder un poco ante la necesidad de reactivación sin desatar presiones inflacionarias o minar la confianza.
Implicaciones para el Futuro
El ajuste a 8.00% sitúa a México en un punto de inflexión. Reduce el atractivo del carry trade, lo que podría añadir volatilidad al tipo de cambio si el diferencial de tasas con EE.UU. se cierra más rápido. Afecta el costo del financiamiento para empresas y hogares, con la esperanza de dinamizar el consumo y la inversión, pero sin garantía de éxito en un entorno de incertidumbre.
La política monetaria de Banxico seguirá bajo escrutinio. La aparente contradicción entre un peso fuerte y una tasa que cede ante la debilidad económica percibida, plantea la gran pregunta: ¿hasta qué punto las decisiones técnicas pueden mantenerse inmunes al contexto y las presiones políticas? El camino de la economía mexicana parece navegar aguas cada vez más complejas.