
El magisterio recibe una promesa clave: justicia salarial y laboral
“El trabajo de las y los maestros es invaluable”, dijo Claudia Sheinbaum, y lo respaldó con cifras: un aumento salarial global del 9%, más vacaciones, posibles cambios al sistema de pensiones y una transformación estructural en las condiciones laborales del magisterio nacional. A unos meses de iniciar su gobierno, la virtual presidenta electa de México envió un mensaje claro: su proyecto tiene al magisterio en el centro.
Aumento del 9% a maestros: ¿promesa cumplida o reto presupuestal?
Sheinbaum aprovechó el Día del Maestro para anunciar uno de los aumentos salariales más significativos en años recientes: un 9% global al salario de docentes, aplicable a partir del 1 de enero. Además, un 1% adicional en septiembre como reconocimiento específico a la labor educativa.
“Significa un presupuesto anual adicional de 36 mil millones de pesos”, subrayó, reconociendo los límites fiscales del Estado pero insistiendo en su voluntad política de priorizar a la educación.
Este anuncio busca cerrar una brecha histórica: México es uno de los países de la OCDE que menos paga a sus maestros, especialmente en las primeras etapas de la carrera docente. Aunque no es una solución definitiva, el ajuste coloca el tema en la agenda nacional.
Una semana más de vacaciones: alivio simbólico y estructural
Además del aumento, Sheinbaum propuso una semana extra de vacaciones para el magisterio, argumentando que los docentes trabajan más días que muchos otros sectores debido al nuevo calendario escolar.
La medida responde a una vieja demanda del gremio: el reconocimiento del tiempo no visible que dedican a preparación, cierre administrativo y planeación antes del inicio de clases.
“Les estamos dando una semana más de vacaciones como parte de su trabajo”, afirmó.
Este gesto puede parecer menor, pero tiene un fuerte componente simbólico: muestra empatía con la rutina del aula, un espacio donde la burocracia rara vez se asoma para comprender los esfuerzos cotidianos.
Reforma al Issste: Sheinbaum promete revisar el décimo transitorio
La reforma al sistema de pensiones del ISSSTE de 2007 fue calificada como “una injusticia” por Sheinbaum. Su compromiso: congelar la edad de jubilación para quienes están en el décimo transitorio, y buscar nuevas rutas que corrijan los impactos negativos de aquella modificación legal.
Aunque evitó promesas tajantes, abrió la puerta a un diálogo estructural con los trabajadores del Estado, reconociendo que no todo se puede resolver con decretos, pero sí con voluntad y participación activa.
Fovissste: de créditos a viviendas construidas
Una de las propuestas más disruptivas fue en materia de vivienda: el Fovissste no sólo debe otorgar créditos, sino construir casas. Sheinbaum recordó que ya firmó un decreto que permitirá condonaciones parciales o totales a créditos anteriores, como parte de una nueva visión: garantizar el derecho a la vivienda, no sólo al financiamiento.
“El derecho no es tener un crédito, es tener una vivienda”, remarcó.
Esta visión podría generar tensiones con el sector financiero y constructor, pero apunta a una transformación de fondo que prioriza las necesidades reales de los trabajadores.
USICAMM: fin de una etapa, inicio de otra
Tal vez el anuncio más explosivo —aunque ya lo había insinuado en campaña— fue la desaparición de la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros).
La futura presidenta propone que las decisiones sobre promociones y evaluaciones surjan desde las escuelas, directamente de las maestras y los maestros, sin imposiciones externas.
“No vamos a imponer nada. Creemos en las maestras y los maestros”, dijo.
Este cambio podría marcar el inicio de una reforma educativa de abajo hacia arriba, con una lógica participativa inédita desde la descentralización educativa de los años noventa.
¿Un nuevo pacto educativo?
El discurso de Sheinbaum no es menor. Su visión apunta a un nuevo pacto educativo y laboral, donde el Estado reconozca la centralidad del magisterio en la transformación nacional. En un país donde los maestros fueron estigmatizados durante años, este viraje simbólico y político puede redefinir el rumbo de la educación pública.
Claro, quedan muchos detalles por afinar: mecanismos, presupuesto, resistencias internas. Pero el mensaje es claro: la educación vuelve al centro del proyecto de nación.
El paquete de anuncios de Sheinbaum para el magisterio no es solo una estrategia de cercanía: es un giro político con implicaciones profundas. Revalorar la labor docente, dignificar las condiciones laborales y abrir canales de participación real en la toma de decisiones educativas es un paso clave hacia una transformación estructural.
Lo que está en juego no es sólo el salario de los maestros, sino el futuro de la educación pública en México.