
Agencias
CANCÚN. – La destrucción acelerada de la selva en Quintana Roo por obras como el Tren Maya, ha provocado un aumento alarmante en los avistamientos y atropellamientos de fauna silvestre en zonas urbanas y carreteras del estado.
En los últimos meses se han reportado múltiples encuentros en carreteras, zonas turísticas y patios familiares, con especies como jaguares, venados, tapires y monos.
Sólo en 2024, se documentaron avistamientos de jaguares en fraccionamientos de Cancún, como Aloja y Villas del Mar, debido a que los animales, desplazados de su hábitat natural, buscan alimento y agua en las zonas habitadas.
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La carretera federal 307, que conecta Cancún con Tulum, se ha convertido en uno de los tramos más peligrosos para la fauna.
Entre septiembre de 2022 y julio de 2023, al menos seis jaguares fueron atropellados en esta vía.
Además, en mayo de 2024, un puma fue encontrado muerto a la orilla de la carretera Cafetal-Mahahual, al sur del estado.






La situación es similar en Mahahual, donde se registran hasta cinco atropellamientos de animales silvestres cada mes, incluyendo zorros, ocelotes, tlacuaches, culebras y aves, sobre todo en épocas de sequía cuando los animales se acercan a las carreteras en busca de agua.
Especialistas en conservación advierten que la devastación de la selva, intensificada por megaproyectos turísticos y de infraestructura, no sólo pone en riesgo la biodiversidad, sino que también genera un conflicto creciente entre la fauna y las comunidades humanas.
Aunque se han propuesto medidas como la construcción de pasos de fauna y la instalación de señalizaciones para alertar a los conductores, los esfuerzos hasta ahora han sido insuficientes para frenar las muertes de animales protegidos, varios de ellos en peligro de extinción.
El ejemplo más reciente de esta situación, ocurrió este fin de semana en Playa del Carmen, donde un venado cola blanca deambulaba por la playa y luego por la Quinta Avenida, ante el asombro de turistas y locales.
El impacto ambiental de las obras continúa generando preocupación entre ecologistas, mientras las autoridades mantienen un discurso de “desarrollo sostenible” que, en los hechos, no ha logrado proteger uno de los ecosistemas más valiosos del país.
Red Informativa del Sureste