
La capital herida: cuando el oasis de seguridad se rompe a plena luz del día
Claudia Sheinbaum no alcanzó a terminar su mensaje cuando le dieron la noticia que reventaría el discurso de seguridad que tanto había defendido: dos altos funcionarios de Ciudad de México fueron asesinados en una de sus avenidas principales.
El hecho, por sí mismo trágico, se convirtió en un acto simbólico que golpeó a la narrativa construida durante años por Sheinbaum y su hombre de confianza en temas de seguridad, Omar García Harfuch. La ciudad “más segura del país” ha mostrado otra cara, justo en el momento menos oportuno.
Un crimen que desmorona la imagen de fortaleza
El ataque no ocurrió en una periferia olvidada ni en una zona roja. Fue en el sur de la capital, en una avenida transitada, y sus víctimas fueron Ximena Guzmán y José Muñoz, personas clave en el equipo de la alcaldesa de Ciudad de México, Clara Brugada.
La escena no solo sembró terror entre los capitalinos. También impactó en lo más profundo de la estrategia narrativa de Morena: Ciudad de México como vitrina de la seguridad nacional.
Sheinbaum estaba al frente de su habitual conferencia de prensa cuando Harfuch le susurró la noticia. Él mismo, sobreviviente de un atentado brutal en 2020, fue quien salió a dar los resultados “positivos” de seguridad justo antes de que estallara la bomba mediática.
El peso político de las víctimas
Ambos funcionarios asesinados no eran figuras decorativas. Eran operadores políticos y administrativos cercanos a Brugada. Su muerte representa una amenaza directa, no solo al gobierno local, sino al modelo de seguridad que Morena presume como exitoso.
Y es que no se puede subestimar la carga simbólica de este ataque: ocurrió en el bastión más importante del partido, donde supuestamente los homicidios bajaron 50% y los delitos de alto impacto un 60% en los últimos cinco años.
¿Realmente bajan los homicidios?
Las cifras oficiales muestran una baja constante en homicidios y delitos de alto impacto. La percepción de inseguridad también se redujo. Pero ¿qué tan real es esta tendencia?
La otra estadística: desapariciones en aumento
Entre 2021 y 2024, las desapariciones en CDMX aumentaron un 444%, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas. Este fenómeno ha sido señalado por expertos como una estrategia del crimen organizado: desaparecer en lugar de asesinar, para evadir estadísticas.
Casi 2,000 personas desaparecieron en tres años en la capital, muchas de ellas en zonas donde el gobierno dice tener control.
¿Oasis o espejismo?
La capital no es ajena a la operación de grupos criminales. Aunque el gobierno presume control, informes y testimonios periodísticos señalan que al menos 15 organizaciones delictivas operan en la ciudad.
Entre ellas destacan La Unión Tepito y Los Malcriados, grupos que extorsionan, controlan territorios y han establecido pactos de facto con ciertos actores locales.
El doble rasero de la estrategia
David Saucedo, consultor en seguridad, apunta que el gobierno capitalino actúa selectivamente: combate a ciertos cárteles mientras deja operar a otros. Eso ha provocado ataques como el sufrido por Harfuch y, ahora, el asesinato de los dos funcionarios.
Estos crímenes no son simples hechos aislados: son mensajes. Son respuestas violentas a operativos que han afectado intereses profundos del crimen organizado.
Morena, golpeada en su corazón político
Ciudad de México no es cualquier plaza. Es la capital, la vitrina, el símbolo de lo que Morena promete a nivel nacional. Sheinbaum, que aspira a consolidar su liderazgo, ahora enfrenta una narrativa que se le desmorona en tiempo real.
Y no solo ante los ciudadanos, sino también en el plano internacional.
Trump, Sheinbaum y el discurso de intervención
El asesinato ocurre en un momento en que desde Estados Unidos se ha insistido en la necesidad de intervenir militarmente en México para enfrentar al crimen organizado. Donald Trump, que ya ha expresado esta idea antes, ahora tiene un nuevo argumento para revivirla.
Sheinbaum ha rechazado tajantemente esa posibilidad. Pero con casos como este, la presión internacional no hará más que crecer.
Seguridad: el talón de Aquiles de la Cuarta Transformación
Brugada insiste en continuar con el legado de Sheinbaum. Habla de “transformación”, “compromiso” y “cero impunidad”. Pero los hechos contradicen el discurso.
¿Estrategia funcional o narrativa política?
La capital ha sofisticado sus sistemas de vigilancia, ha segmentado en cuadrantes la ciudad para mejorar el patrullaje y ha presumido cifras alentadoras. Pero los atentados no cesan. Y, peor aún, se han vuelto más selectivos y simbólicos.
No es solo violencia: es violencia con mensaje.
El oasis está bajo fuego
El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz trasciende el plano delictivo. Es un atentado político, simbólico, estratégico.
Pone en entredicho la eficacia del modelo de seguridad de Morena, en su plaza más fuerte. Y revela que, en México, ni siquiera los altos funcionarios están seguros.
Mientras las autoridades repiten que “no habrá impunidad”, la pregunta que resuena es otra: ¿quién manda realmente en la capital?