
Un crimen a plena luz del día que sacude a Morelos
Frente al Palacio Municipal y sin que nadie pudiera detenerlo, Alejandro Mancilla Cueto fue asesinado por hombres armados. Era martes, el sol de Morelos brillaba con fuerza cuando la violencia volvió a mostrar su rostro en el corazón de Huitzilac.
El asesinato de Alejandro Mancilla: violencia sin freno en Morelos
Un ataque directo frente a la sede del poder local
El secretario general del Ayuntamiento de Huitzilac, apodado “La Bomba”, fue ejecutado a plena luz del día mientras se dirigía a su oficina. Los agresores llegaron en motocicletas, se bajaron y le dispararon sin mediar palabra. El ataque fue tan rápido como certero. Alejandro Mancilla murió al instante.
Este asesinato se suma a una creciente ola de violencia que desde hace meses golpea al municipio enclavado en la zona norte de Morelos, colindante con la Ciudad de México y considerado un corredor estratégico para el crimen organizado.
La reacción institucional: condena y llamado de auxilio
El alcalde César Dávila no tardó en pronunciarse. Condenó el homicidio, lamentó la muerte del funcionario y pidió apoyo urgente a los gobiernos federal y estatal.
“La violencia nos está rebasando. Necesitamos reforzar la seguridad en Huitzilac”, declaró el edil con visible preocupación.
La administración municipal exige cero impunidad, mientras los ciudadanos temen que este crimen sea solo el preludio de más ataques.
Contexto oscuro: denuncias y disputas por tierras
“La Bomba” y los conflictos por predios
Aunque su cargo era administrativo, Mancilla Cueto no era ajeno a la polémica. Según reportes policiales, el secretario tenía antecedentes de denuncias por presunto despojo de terrenos en la zona, un conflicto habitual en Huitzilac, donde las tierras forestales son objeto de disputa entre comuneros, ejidatarios y grupos criminales.
Las autoridades no han confirmado si esas denuncias tienen relación directa con el asesinato, pero el contexto agrario y delictivo del municipio no puede ignorarse.
Seguridad en jaque: operativos sin resultados
Tras el crimen, se desplegó un operativo conjunto entre policía estatal y fuerzas federales. Sin embargo, al cierre de esta nota, no se ha reportado la captura de los responsables.
El ataque volvió a evidenciar la fragilidad de la seguridad en Morelos, donde en lo que va del año se han registrado decenas de asesinatos de funcionarios, líderes sociales y personas ligadas a conflictos territoriales.
Una señal de alerta: ¿qué sigue para Huitzilac?
El asesinato de Alejandro Mancilla Cueto no es un hecho aislado, sino parte de una secuencia de violencia estructural que afecta a Morelos. Su muerte, frente al edificio que representa al poder civil del municipio, es también una advertencia: ni el cargo ni el horario protegen de la impunidad.
Huitzilac está en la mira. Y la exigencia ciudadana crece: justicia, seguridad y una verdadera estrategia que frene esta espiral de muerte.