
Dolor en el corazón del poder: doble asesinato sacude al gobierno de la CDMX
La Calzada de Tlalpan volvió a ser escenario de sangre y desconcierto. Dos figuras cercanas a Clara Brugada fueron asesinadas a plena luz del día. Claudia Sheinbaum, ahora presidenta de México, no dudó en asumir el caso como un asunto de Estado. La palabra clave resuena: impunidad.
Un crimen político en el corazón de la capital
La mañana de este lunes quedó marcada por una noticia que interrumpió hasta la misma Mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum. Dos personas asesinadas en la alcaldía Benito Juárez. No eran ciudadanos comunes: se trataba de Ximena Guzmán, secretaria particular de la Jefa de Gobierno Clara Brugada, y José Muñoz, asesor cercano.
Los hechos ocurrieron en la esquina de Calzada de Tlalpan y calle Napoleón, colonia Moderna, en un ataque directo y cuidadosamente ejecutado por agresores a bordo de una motocicleta. Las autoridades ya revisan las cámaras de videovigilancia para identificar a los responsables. El mensaje es claro: no habrá impunidad.
¿Quiénes eran Ximena Guzmán y José Muñoz?
Ambos formaban parte del equipo más próximo de Clara Brugada, actual Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. No eran piezas menores. En el ecosistema político de la capital, su papel era clave en la operación diaria del proyecto de continuidad de la Cuarta Transformación en la ciudad.
Desde el territorio, compañeros de movimiento los identifican como personas comprometidas desde hace años con el obradorismo. Su muerte no solo es una tragedia personal, sino un golpe simbólico a un equipo que apenas comenzaba su transición al poder local.
Reacción inmediata en Palacio Nacional
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum recibió una tarjeta informativa que cambió el tono del encuentro. Omar García Harfuch, titular de Seguridad y Protección Ciudadana, se retiró brevemente para atender el informe. Cuatro minutos después, volvió, visiblemente tenso, y compartió la información con Rosa Icela Rodríguez y el general Ricardo Trevilla.
La escena fue breve pero poderosa. La presidenta se acercó a Harfuch y cruzaron algunas palabras. El clima cambió. El mensaje era claro: este crimen es prioritario.
🚨 #ÚLTIMAHORA | La presidenta Claudia Sheinbaum da lectura a la tarjeta informativa de la jefa de gobierno, Clara Brugada, quien informó del asesinato de su secretaria particular, Ximena Guzmán, y su asesor, Jesús Muñoz. pic.twitter.com/UOKEfpv5td
— El Universal (@El_Universal_Mx) May 20, 2025
Una investigación con respaldo federal
Sheinbaum informó que ya se activaron protocolos de investigación con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia, la Subsecretaría de Inteligencia, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina y, por supuesto, la Fiscalía capitalina.
Aseguró que el Gobierno de México está comprometido a llegar al fondo del asunto. “No hay información adicional por ahora, pero no vamos a dejar impune este crimen”, sentenció. Todo indica que el caso será investigado con la máxima prioridad.
¿Un mensaje entre líneas?
Aunque oficialmente se desconoce el móvil, el perfil de las víctimas abre interrogantes inevitables. ¿Fue un ataque directo contra el equipo de Brugada? ¿Tiene vínculos con pugnas internas o amenazas externas al movimiento? ¿Qué sabían o qué rol desempeñaban que los convirtió en blanco?
Las respuestas aún no están claras, pero la narrativa se teje rápidamente en el círculo rojo: este crimen podría tener implicaciones más profundas de lo que parece.
La alcaldía Benito Juárez, en el centro del foco
No es la primera vez que Benito Juárez aparece como escenario de hechos violentos vinculados con actores políticos. La zona, históricamente gobernada por el PAN, se ha convertido en un enclave disputado. La colonia Moderna, donde ocurrió el ataque, está en un punto estratégico: transitada, vigilada, pero también vulnerable.
La elección de ese lugar no parece casual. Es una señal. Y es ahí donde la seguridad y la política se cruzan con fuerza.
Solidaridad oficial, pero también presión
Sheinbaum ofreció “todo el apoyo que requiera la Jefa de Gobierno”, además de extender condolencias a las familias. “No están solas”, dijo. Pero también es evidente que el caso mete presión a un gobierno que busca mostrar control y eficacia en medio de su primer mes de gestión federal.
Este crimen pone a prueba no solo a las autoridades judiciales, sino también la capacidad de reacción de una administración que ha prometido acabar con la impunidad desde la raíz.
Justicia o crisis: lo que está en juego
La ejecución de Ximena Guzmán y José Muñoz no puede entenderse como un caso aislado. Tiene el potencial de convertirse en un punto de inflexión en la narrativa de seguridad del nuevo gobierno. O se resuelve con contundencia y verdad, o se corre el riesgo de minar la confianza en un proyecto político que presume legitimidad y cercanía con el pueblo.
La pregunta que queda flotando en el ambiente político es: ¿quién se atreve a mandar este tipo de mensajes justo cuando inicia un nuevo sexenio? La respuesta, si llega, puede sacudir más de una estructura.