
Un ataque armado en Veracruz volvió a teñir de sangre el proceso electoral. La periodista Avisak Douglas murió tras el atentado a la casa de campaña de la candidata Xóchitl Tress. El crimen sacude un estado en tensión.
Avisak Douglas: víctima del fuego cruzado político en Veracruz
En un país donde ejercer el periodismo implica caminar entre balas, la muerte de Avisak Douglas resalta el nivel de violencia que marca las elecciones de 2025. Este martes, en Juan Rodríguez Clara, Veracruz, un grupo armado disparó contra el equipo de campaña de Xóchitl Tress, candidata de Movimiento Ciudadano. En el lugar se encontraba Douglas, quien fue herida de gravedad y murió horas más tarde.
El ataque: ráfagas de terror en la colonia Benito Juárez
A las seis de la tarde, la tranquilidad del municipio se quebró con al menos diez detonaciones frente a la casa de campaña. Sujetos armados abrieron fuego sin mediar palabra. Xóchitl Tress, presente en el inmueble, resultó ilesa. Pero entre los heridos se encontraba Avisak Douglas, quien recibió un disparo que perforó su pulmón. La trasladaron al hospital, pero no sobrevivió. Otra persona permanece internada; su identidad y estado siguen sin confirmarse.
¿Quién era Avisak Douglas?
Con más de dos décadas de trayectoria, Avisak Douglas Coronado no solo era fotógrafa: era una voz reconocida en el periodismo del sur de Veracruz. Reportera del Diario del Istmo y colaboradora en medios digitales regionales, también trabajó en la administración pública como directora de Comunicación Social en la Secretaría de Salud estatal.
Su carrera fue amplia y diversa. En 2025 decidió integrarse al equipo de campaña de Xóchitl Tress, una figura política que regresó al escenario electoral tras años de controversia. El disparo que terminó con su vida ingresó por la espalda y salió por el abdomen. Su muerte no fue casualidad: ocurrió en el epicentro de la disputa política y territorial.
Xóchitl Tress: una candidata marcada por el pasado
Tress Rodríguez no es ajena a los escándalos. Su nombre resonó en 2017, cuando fue detenida en Jalisco por enriquecimiento ilícito y vinculada con el exgobernador Javier Duarte, condenado por corrupción. Aunque recuperó sus derechos político-electorales en 2020, su regreso en 2025 se dio en un entorno adverso: amenazas, desconfianza y violencia.
En el ataque, Tress salió ilesa. Pero el mensaje del crimen es claro: incluso los actores de campaña están en la mira. La agresión ocurrió en plena jornada electoral, cuando la tensión ya era insostenible en Veracruz.
Veracruz: foco rojo en el mapa electoral nacional
El asesinato de Avisak Douglas no es un hecho aislado. Veracruz atraviesa una espiral de violencia electoral. En lo que va del proceso, dos candidatos han sido asesinados y más de 100 aspirantes han solicitado protección. El Organismo Público Local Electoral y la Secretaría de Gobierno estatal tienen registrados al menos 109 casos de amenazas.
Las agresiones no solo se dirigen a quienes buscan el poder, sino también a quienes documentan, informan o colaboran en las campañas. En ese sentido, Douglas es una víctima doble: como periodista y como integrante de un equipo político.
Fiscalía sin avances ni detenidos
Horas después del atentado, la Fiscalía General del Estado de Veracruz confirmó la apertura de una investigación. Las víctimas fueron identificadas con las iniciales A.D.C. y T.C.D. Sin embargo, hasta ahora no hay personas detenidas ni indicios públicos sobre los autores materiales o intelectuales.
¿Qué significa este crimen para el periodismo en México?
El asesinato de Avisak Douglas se suma a una larga lista de periodistas asesinados en México, uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión. Su caso refleja un patrón cada vez más común: ataques en contextos políticos, donde la información se vuelve un riesgo y el territorio es campo de batalla.
El vínculo entre crimen organizado, política local y violencia contra la prensa es cada vez más evidente. La muerte de Douglas debería ser un parteaguas. Sin embargo, la impunidad sigue siendo la constante.
Un crimen que grita justicia
La muerte de Avisak Douglas duele, no solo por su violencia, sino por su simbolismo. Era periodista, mujer, trabajadora electoral y testigo del proceso político en una de las regiones más vulnerables del país. Su historia encarna la fragilidad de la democracia cuando las balas intentan silenciar las campañas, las ideas y las voces.
El asesinato de Avisak Douglas no debe pasar como un número más en las estadísticas del horror. Es un crimen que refleja el clima de miedo e impunidad que recorre las campañas en Veracruz. La ausencia de justicia para ella será también una condena para el proceso electoral. Lo que está en juego ya no es solo el poder político, sino el derecho mismo a informar, participar y vivir.