
La guerra comercial se recrudece: China acusa a EE.UU. de usar los aranceles como arma política
El conflicto comercial entre China y Estados Unidos alcanzó una nueva escalada. Esta vez, con un golpe arancelario que pone en jaque no solo el comercio bilateral, sino también la estabilidad económica global. China, lejos de ceder, responde con firmeza y advierte que no tolerará el chantaje.
Hegemonía vs. multilateralismo: la nueva batalla por el comercio global
EE.UU. impone aranceles de hasta 245% a productos chinos
El anuncio de que algunas importaciones chinas enfrentarán un arancel acumulativo de hasta 245% desató una ola de críticas en Pekín. Según el ministerio de Comercio chino, Washington ha llegado a un nivel “completamente irracional”, acusando a Estados Unidos de instrumentalizar los aranceles con fines geopolíticos para mantener su hegemonía global.
Este incremento arancelario no es una medida aislada. Se trata de una sumatoria que incluye:
- Un arancel recíproco del 125%, implementado el 9 de abril.
- Un 20% adicional relacionado con el fentanilo, en un intento de presión política.
- Gravámenes bajo la sección 301, que varían entre 7.5% y 100%, dependiendo del producto.
El silencio de Washington y la respuesta de Pekín
Mientras la Casa Blanca afirma que los nuevos aranceles son respuesta a acciones de represalia por parte de China, el ministerio de Relaciones Exteriores chino respondió con contundencia: “Dejen de amenazar y chantajear”.
El vocero Lin Jian fue claro: “China no desea luchar, pero no tiene miedo de luchar”. Este mensaje no solo es retórico, sino una clara señal de que Pekín no permitirá que su economía sea utilizada como ficha en el tablero geopolítico estadounidense.
Impacto en las plataformas digitales y consumidores
Temu y Shein: primeros efectos visibles del alza arancelaria
Dos de las plataformas de e-commerce más populares con financiamiento chino, Temu y Shein, ya anticipan las consecuencias: anunciarán incrementos de precios para sus usuarios estadounidenses a partir del 25 de abril.
Aunque las compañías no han revelado la magnitud del ajuste, ambos comunicados coinciden en atribuir la medida a los recientes cambios en las reglas y aranceles del comercio global.
Es un recordatorio de cómo las tensiones comerciales impactan directamente al consumidor común.
El frenesí exportador previo al golpe
China reportó un crecimiento económico de 5.4% en el primer trimestre, una cifra mejor de la esperada. Este impulso se debe en parte a un frenesí exportador previo a la aplicación de los aranceles, lo que revela la habilidad de sus empresas para anticiparse a medidas punitivas.
Sin embargo, las autoridades reconocen que la economía enfrenta presiones crecientes por esta guerra comercial prolongada.
Xi Jinping apuesta por el multilateralismo
Mientras Estados Unidos incrementa sus medidas proteccionistas, el presidente Xi Jinping reafirmó su compromiso con un comercio global abierto.
En una columna publicada en el diario The Star, pidió combatir el proteccionismo, mantener la estabilidad de las cadenas de suministro y fortalecer el sistema comercial multilateral.
El mensaje es claro: China busca consolidar su liderazgo regional y global a través de la diplomacia económica, presentándose como el defensor de un orden comercial abierto frente al aislacionismo estadounidense.
Negociaciones paralelas: EE.UU. busca acuerdo con Japón
Curiosamente, mientras golpea con fuerza a China, Estados Unidos mantiene la puerta abierta con otros aliados. El expresidente Donald Trump reveló un avance en las negociaciones comerciales con Japón, luego de una reunión con funcionarios nipones.
Trump calificó el encuentro como un “gran progreso” y se mostró optimista sobre un acuerdo arancelario en los próximos 90 días. Esto plantea un escenario donde Washington intenta reconfigurar sus alianzas económicas al tiempo que endurece su postura frente a su principal competidor global.
¿Qué significa esto para México y el Caribe?
Aunque esta disputa parece lejana, sus efectos podrían sentirse en México y el Caribe mexicano, zonas estratégicas dentro de la cadena de comercio global.
El reacomodo de flujos comerciales por la guerra arancelaria podría representar oportunidades para el nearshoring, especialmente en sectores como manufactura, textil y logística.
Empresas chinas podrían deslocalizar parte de su producción hacia México para evitar aranceles, mientras que EE.UU. buscará reubicar proveedores clave en América Latina para reducir su dependencia de Asia.
¿Una guerra sin tregua?
La nueva ofensiva arancelaria de EE.UU. marca un punto de no retorno en la guerra comercial con China.
El conflicto ya no es solo económico, sino profundamente político. Las medidas de Washington apuntan a frenar el ascenso chino, mientras Pekín responde con una narrativa de resistencia, apertura y cooperación multilateral.
La pregunta que queda es si esta escalada llevará a una ruptura definitiva del sistema comercial global o si, finalmente, prevalecerá el diálogo y la diplomacia económica. Lo cierto es que, en esta batalla, no hay ganadores claros, y el impacto será global.