
Con la próxima elección de magistrados y jueces locales, el bipartito Morena-PVEM se consolidará como la fuerza más dominante en la vacilante historia democrática de Quintana Roo.
Con una sola hojeada a la lista de candidatos, destacan figuras políticas incondicionales y afines al cuatroteísmo caribeño, con lo que los tres poderes se volverán uno solo en Quintana Roo.
Más poder al poder, diría el clásico.
Algunas de las candidaturas asustan, no sólo por su filiación cuatroteísta, sino por su cuestionable perfil profesional.
Y frente a este tsunami autoritario, no se ven posibles alternativas en el contexto partidario,
Quedan dos años para que todos los partidos definan sus candidaturas, y la oposición no sale de su marasmo y prefiere la simulación. El PAN acata las instrucciones que le dictan en la “22 de Enero”, MC sigue desdibujado en localidades importantes como Cancún y Playa del Carmen, y el PRI mantiene su proceso de extinción en la entidad.
No se ve que les “echen ganas”, se diría por ahí. “Juegan” a conservar lo que ya tienen
La competencia electoral sigue siendo interna dentro de Morena y PVEM, y todo pinta a un mal arreglo que a un buen pleito.
Pero no solo es que la continuidad está garantizada para el bipartito, sino que Quintana Roo se convertirá prácticamente en un referente del dominio total de una sola fuerza.