
¿Qué es lo que hay realmente rumbo a la sucesión?
De entrada, el proceso para el relevo en el Poder Ejecutivo del estado es una sucesión adelantada. Arrancó antes de tiempo. Los estrategas políticos de la “22 de Enero” aplicaron la de madrugar mucho para que amanezca más temprano en el proyecto en torno al senador Eugenio “Gino” Segura.
Pero pocos meses después, el que entró en la escena fue el ahora director de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Rafael Marín.
Al tabasqueño no le corre tanta prisa. Ha puesto su futuro en manos de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien —por supuesto— no tiene en su agenda urgente las elecciones de Quintana Roo, donde, por cierto, hoy por hoy, Morena no tiene competencia ni del PAN, ni del PRI, ni de MC.
Diría el clásico: no hay que hacerse bolas. Hay dos candidatos: “Gino”, apoyado por la Gobernadora y el PVEM, y Rafa, que espera el respaldo de la Presidenta, pero que, por obvias razones, cuenta con todo el apoyo de Andy López, formalmente el secretario de Organización de Morena.
En esta polarización, ya hay una negociación sobre la mesa, puesta por la “22 de Enero”: la candidatura a gobernador para “Gino” y la presidencia municipal de Cancún para Anahí González, cofundadora —como “Rafa”— de Morena en Quintana Roo.
En esencia, la negociación es que los grupos fundamentalistas y/o “puros” de Morena acepten a “Gino”, que se acaba de afiliar y viene del PVEM, a cambio de darle a una cofundadora la alcaldía de la ciudad más importante de Quintana Roo.
El acuerdo no deja de ser temerario para los intereses de Morena, pues, si bien los guindas no tienen competencia partidaria fuerte en Cancún, Anahí podría ser una apuesta arriesgada, con todo y haber ganado la diputación federal del distrito legislativo del sur del estado siendo cancunense, o ser senadora por cuota indígena sin pertenecer a los pueblos originarios.
El acuerdo de la dupla “Gino”-Anahí podría ser muy bueno al interior de Morena, pero también ofensivo para los cancunenses.
La pregunta obvia es:
¿Y qué culpa tienen los cancunenses?
Aunque, en realidad, aún es muy temprano para “firmar” un acuerdo, sobre todo porque en Palacio Nacional no corre tanta prisa como en la “22 de Enero”.