En la víspera de las fiestas patrias, Juan Carlos Mendoza, cónsul general de México en Laredo, Texas, emitió una contundente advertencia. Hizo un llamado crucial a los paisanos para evitar el cruce fronterizo por el Río Bravo, destacando el riesgo extremo y las mínimas probabilidades de éxito.
La advertencia consular: Un llamado urgente a la prudencia
Desde el lado estadunidense, frente a la franja fronteriza con Nuevo Laredo, Tamaulipas, el representante diplomático mexicano, Juan Carlos Mendoza, alertó sobre los peligros inherentes al intento de cruce irregular por el Río Bravo. Su mensaje, difundido en un video por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el 15 de septiembre de 2025, es claro y directo, enfatizando las fuertes corrientes del cauce y la amplia presencia de corporaciones de seguridad.
«¡No arriesgues tu vida, no vale la pena!»
El cónsul Mendoza subrayó la peligrosidad del cruce fronterizo por el Río Bravo, detallando las razones por las cuales las expectativas de éxito son bajas y el riesgo es mortal:
- Corrientes muy fuertes: Pueden arrastrar y ahogar a quienes intentan cruzar.
- Fuerte custodia y patrullajes: El ejército de Estados Unidos y la Patrulla Fronteriza mantienen una vigilancia constante.
“Aquí se encuentra el Río Bravo, cruzar indocumentado por este lugar es extremadamente peligroso, tiene corrientes muy fuertes que si te atrapan pueden costarte la vida”, afirmó Mendoza. Y recalcó: “Es muy difícil que tengas un cruce exitoso, que además es muy riesgoso. ¡No arriesgues tu vida, no vale la pena!”.
Las implicaciones del cruce irregular: Peligro inminente
La cancillería mexicana reforzó las declaraciones del cónsul, destacando que la combinación de las poderosas corrientes del cauce y el incesante patrullaje fronterizo hacen que este cruce sea “prácticamente imposible” y ponga en grave riesgo la vida de las personas. La experiencia de años demuestra que la esperanza de un cruce exitoso es casi nula, transformando el Río Bravo en una barrera natural y militar infranqueable.
Ante la cruda realidad que presenta el Río Bravo, la advertencia del cónsul Mendoza trasciende un mero llamado protocolario. Es una declaración urgente sobre la dignidad y la vida, que interpela a quienes, movidos por la desesperación, contemplan un riesgo incalculable. ¿Podrán estas palabras resonar lo suficiente para evitar más tragedias?
