
Por Alejandro Peza
CHETUMAL.- La ribera del río Hondo, al sur del estado de Quintana Roo, reportó un alarmante incremento de ejemplares del pez diablo, pues tan solo en la comunidad del Ramonal se lograron capturar hasta 500 ejemplares en dos días de pesca.
Joana Cab, quién vive es la comunidad, describe el deterioro que observa la comunidad que se encuentra a orilla del río Hondo. “Empezamos a notar que especies nativas como la bocona, la cabezona y la pinta se capturan cada vez en menor cantidad”, relató.
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El primer registro del pez diablo en el río Hondo data de 2013. Desde entonces la especie amplió su distribución y en los dos últimos años se detectó en la bahía de Chetumal, Calderitas, Laguna Guerrero y en sistemas lagunares de Buenavista y Pedro Antonio de los Santos, en Bacalar.
El pez diablo se considera una especie invasora y una amenaza para la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos continentales en México, además de que puede desestabilizar a la comunidad de peces locales, así como alterar la estructura del ecosistema.
Especialistas del Colegio de la Frontera Sur, no saben el origen de la invasión, hay quien dice que viene del norte, lo cual es posible, pero también puede ser que provenga del Río Hondo, donde hay registros confirmados de este pez y existe un cambio fuerte en la calidad del agua del estero Chac, que es la comunicación entre estos dos sistemas.
Esta expansión confirma su capacidad de adaptación y la presión creciente sobre hábitats frágiles. Ante el avance, quedó instalado un grupo especializado para la atención del pez diablo en el sur de Quintana Roo. Participan Ibanqroo, Itch, Uqroo, autoridades estatal y municipal, así como habitantes de localidades ribereñas de Othón P. Blanco, Bacalar y Felipe Carrillo Puerto.
Miguel Mateo Sabido Itzá, titular del departamento de Áreas Naturales Protegidas en la zona sur, indicó que el objetivo es coordinar acciones formales de monitoreo, captura y análisis científico. Señaló que el problema no surgió este año, pero su impacto resultó más evidente tras el primer registro en la Laguna de Bacalar en febrero de este 2025.