
Mientras los tribunales deciden si se va o no se va, Aguakán sigue haciendo de las suyas.
Aunque la empresa ya perdió en primera instancia el amparo para mantener la concesión, el proceso judicial aún va para largo.
Pero mientras tanto, Cancún sigue padeciendo:
- Cobros indebidos
- Venta de aire por agua
- Fugas sin atender
- Reportes ciudadanos ignorados
Es decir: como siempre, hacen lo que quieren.
Y del otro lado, CAPA y los diputados locales que deberían apretar a la concesionaria, siguen volteando a otro lado.
Todo permanece igual: manos libres para Aguakán.
CAPA y el Congreso, en el limbo y Aguakán, en lo suyo: facture y facture.