
Contaminación sin fronteras: el río Tijuana como herida compartida
“La colaboración fue muy buena”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum. Se refería a una reunión clave que puede cambiar el destino ambiental de una región golpeada por décadas de desidia: la cuenca del río Tijuana, donde confluyen los problemas ambientales de México y Estados Unidos.
Durante una conferencia reciente, Sheinbaum confirmó que ambos países alcanzaron un acuerdo bilateral para sanear el río Tijuana, tras una reunión entre la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Alicia Bárcena, y el titular de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, Lee Zeldin.
La contaminación del río Tijuana: un problema binacional
Un río enfermo desde hace décadas
El río Tijuana ha sido durante años símbolo de descuido, contaminación y conflicto ambiental entre México y Estados Unidos. Atraviesa Baja California y cruza la frontera hacia California, afectando a comunidades tanto mexicanas como estadounidenses.
Aguas residuales, descargas industriales y falta de infraestructura básica han hecho del río un foco de enfermedades, malos olores y deterioro ambiental. Su impacto no distingue nacionalidades: residentes de Tijuana y San Diego sufren por igual.
Impacto social y ecológico
Las lluvias intensas arrastran aguas negras hacia ambos lados de la frontera. Escuelas han suspendido clases, familias evitan zonas enteras y las playas de San Diego se cierran constantemente por riesgos sanitarios. Los ecosistemas del estuario también están al borde del colapso.
Este acuerdo llega tras años de presión ciudadana, demandas ambientales y denuncias binacionales. Pero, ¿qué lo hace diferente?
Un acuerdo con enfoque bilateral: cooperación antes que confrontación
¿Qué dijeron Sheinbaum y Zeldin?
Claudia Sheinbaum subrayó el tono colaborativo de la reunión: “Cuando hay decisión de colaboración, las cosas salen bien”. Según la mandataria, tanto Zeldin como Bárcena coincidieron en la necesidad de pasar del discurso a la acción.
Lee Zeldin, jefe de la EPA, informó que se lograron acuerdos para emprender acciones conjuntas y coordinadas. Aunque no se detallaron públicamente los compromisos específicos, el tono marca un cambio respecto a posturas pasadas más confrontativas.
Cambio de paradigma ambiental
El cambio de gobierno en México y las prioridades climáticas de la administración Biden parecen haber facilitado este acercamiento. El diálogo político ahora se traslada a una agenda ambiental más activa, basada en evidencia científica, diplomacia técnica y presión ciudadana.
México y EU: aliados ante una crisis compartida
Factores que impulsaron el acuerdo
- Presión comunitaria en ambos países. Organizaciones ambientalistas han documentado durante años el deterioro del río, con campañas en redes, protestas y litigios.
- Compromisos internacionales. Ambos países forman parte de tratados ambientales que exigen cooperación en cuerpos de agua compartidos.
- Agenda política de Sheinbaum. La presidenta busca marcar un nuevo estilo de liderazgo basado en ciencia y cooperación, no en retórica.
Lo que podría venir
Aunque el contenido técnico del acuerdo aún no se ha hecho público, se anticipan medidas como:
- Inversión en plantas de tratamiento de aguas residuales
- Coordinación para monitoreo de descargas contaminantes
- Rehabilitación ecológica de tramos clave
- Transparencia en resultados y seguimiento conjunto
Análisis: lo simbólico y lo urgente en el saneamiento del río Tijuana
El valor político del anuncio
Este anuncio no es solo técnico. Es político. En un momento donde la política migratoria y fronteriza genera tensiones, el saneamiento del río emerge como una causa común, donde ambos países tienen incentivos para colaborar y mostrar resultados.
Para Sheinbaum, es también una carta de presentación como líder ambiental. Y para la EPA, representa un gesto de buena voluntad hacia México.
¿Es viable el acuerdo?
El gran desafío no es firmar acuerdos, sino ejecutarlos. La historia del río Tijuana está llena de promesas rotas. La viabilidad dependerá de:
- Presupuesto asignado
- Continuidad administrativa en ambos países
- Participación comunitaria y transparencia
- Voluntad política sostenida
Voces del territorio: cómo viven la crisis los fronterizos
Testimonios de Tijuana y San Diego
Las comunidades fronterizas han sido testigos de la lentitud institucional. “Llevamos años viviendo con ese olor. No es justo”, dice Mariana, habitante de Tijuana. Del otro lado, en Imperial Beach, Tom, un surfista local, resume la indignación: “No podemos meternos al mar. El agua nos enferma. Ya basta”.
Ambos coinciden en lo mismo: el problema no tiene pasaporte. Y la solución tampoco debería tenerlo.
Una oportunidad de sanar más que un río
El acuerdo México-EU para el saneamiento del río Tijuana es una promesa que debe cumplirse. No sólo por la salud pública o el medio ambiente, sino por la posibilidad de reconfigurar una relación fronteriza marcada por la desconfianza.
Este río, que nace en México y cruza a Estados Unidos, puede convertirse en símbolo de una nueva era de cooperación ambiental. Pero para ello, la voluntad debe traducirse en obras, y las palabras, en agua limpia.