La Cámara de Diputados ha confirmado el 2 de septiembre de 2025 un acuerdo crucial que designa a la panista Kenia López Rabadán como presidenta de la Mesa Directiva. Esta resolución, forjada entre Morena y el Partido Acción Nacional, disuelve el prolongado impasse que mantenía en vilo la integración de la directiva durante el segundo año de la actual legislatura, revelando complejas negociaciones políticas.
La integración de la Mesa Directiva y sus vicepresidencias
El pacto alcanzado en la Ciudad de México el 2 de septiembre de 2025, a las 11:00 horas, no solo resolvió la presidencia. Se definió que la primera vicepresidencia será para Sergio Gutiérrez Luna de Morena, mientras que la segunda y tercera recaerán en Paulina Rubio Fernández del PAN y Raúl Bolaños Cacho Cué del PVEM, respectivamente.
Este movimiento tiene una implicación directa y significativa: Raúl Bolaños Cacho Cué saldrá de la Sección Instructora. Este cuerpo legislativo se encuentra en las vísperas de iniciar el análisis de la solicitud de desafuero contra el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, quien ha sido señalado por la Fiscalía Anticorrupción de Campeche por presuntas faltas de peculado y ejercicio indebido del servicio público.
Las secretarías de la Mesa Directiva se conformarán con Julieta Villalpando Riquelme (Morena), Alan Sahir Márquez Becerra (PAN), Nayeli Arlen Fernández Cruz (PVEM), Magdalena del Socorro Núñez Monreal (PT), Fuensanta Guadalupe Guerrero Esquivel (PRI) y Laura Ballesteros Mancilla (MC).
Tras bambalinas: Las negociaciones y los perfiles rechazados
Inicialmente, el Partido Acción Nacional había propuesto dos perfiles para la presidencia de la Mesa Directiva: Kenia López Rabadán y Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón Hinojosa. Sin embargo, Morena optó por la figura de López Rabadán, considerada «el perfil menos rijoso».
La vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna, fue contundente al considerar «inaceptable» la designación de Margarita Zavala, evocando el «fraude electoral de 2006» que, según sus declaraciones, afectó a Andrés Manuel López Obrador. Tampoco se consideró viable la propuesta de Federico Döring, a quien se le atribuye la autoría de «los videoescándalos».
Tras una reunión clave de la Junta de Coordinación Política, donde el nombramiento de López Rabadán se oficializó, Monreal calificó el acuerdo como «un gesto de madurez, un buen mensaje al país de que en la Cámara de Diputados podemos procesar acuerdos de alto nivel.» A pesar de su afirmación de una aceptación por «unanimidad», los hechos reflejaron una realidad distinta.
Dissentimiento y la toma de protesta
El acto de toma de protesta, que tuvo una duración de apenas 28 minutos, culminó con la ratificación de los integrantes de la Mesa Directiva por 434 votos a favor. Sin embargo, cuatro legisladores morenistas, Rufina Benítez Estrada, Edén Garcés Medina, Evangelina Morena Guerra y Karina Pérez Popoca, emitieron votos en contra, marcando un discreto pero palpable disenso dentro del bloque mayoritario.
Un momento de particular notabilidad ocurrió durante la toma de la fotografía oficial. La panista Paulina Rubio Fernández, designada como segunda vicepresidenta, optó por apartarse de los demás legisladores. Posteriormente, felicitó únicamente a sus correligionarios, evitando acercarse o saludar a los diputados del bloque mayoritario, un gesto que subraya las persistentes tensiones políticas.
El compromiso de la nueva presidenta
Al asumir su cargo, Kenia López Rabadán expresó sentirse «profundamente honrada de presidir esta Mesa Directiva, consciente de la responsabilidad de Estado que implica y del contexto en el que ocurre. Esta presidencia surge del apego a la ley y la disposición parlamentaria.»
La panista, autodefinida como «una parlamentaria de carrera», subrayó su creencia «en el equilibrio de poderes y la pluralidad del Poder Legislativo», así como en el valor del Parlamento, sus reglas y deliberaciones. Hizo hincapié en su confianza «en la palabra y en la verdad» como puntos de encuentro para un debate apasionado pero respetuoso, y un cuestionamiento agudo pero honesto. Su compromiso se centró en «garantizar el derecho de cada diputado a representar a sus votantes y defender sus posiciones», además de «respetar la ley y generar condiciones de respeto y pluralidad».
El acuerdo que llevó a Kenia López Rabadán a la presidencia de la Cámara de Diputados no es solo un movimiento protocolario, sino el resultado de intensas negociaciones que revelan la dinámica de poder y las estrategias políticas en juego. Las implicaciones, especialmente en casos tan sensibles como el desafuero de Alejandro Moreno Cárdenas, ¿marcarán la pauta para una legislatura de mayor entendimiento o de persistente polarización?