Richard Gere, uno de los actores más influyentes de su generación, ha vuelto a acaparar la atención mediática por dos razones: su visita a México para presentar un documental clave y el recuerdo de su veto de los Oscar. A más de 30 años del incidente que paralizó su carrera en la Academia, el actor revela los detalles de aquella noche de 1993.
El actor Richard Gere en México para el estreno de «Sabiduría y felicidad»
El protagonista de películas icónicas como Hachiko y Mujer bonita visitó México para llevar a cabo la presentación global de su más reciente proyecto, el documental titulado «Sabiduría y felicidad» (Wisdom of happiness). El actor de Hollywood funge como productor ejecutivo de la obra y, según sus propias palabras, aseguró que nunca había trabajado con tanta dedicación para que una producción en la que participó tuviera mayor foco a nivel internacional.
El documental es una producción profundamente introspectiva que aborda el camino espiritual que Richard Gere ha seguido a lo largo de 45 años. Su objetivo es compartir con el mundo las mayores lecciones que ha obtenido de su estrecho vínculo con el Dalai Lama.
- Participación clave: El Dalai Lama aparece en el documental, hablando directamente a la cámara e invitando al público a un momento de reflexión.
- Lanzamiento: La película estará disponible a partir de la próxima semana en cines mexicanos.
- Contexto: El filme, dirigido por Oren Moverman, se estrenó en conmemoración de los 90 años del Dalai Lama.
El costo de la denuncia: 20 años sin pisar los Oscar
Coincidiendo con la presentación de su documental en México, Richard Gere ofreció una entrevista a la revista Variety donde rememoró el veto no oficial que enfrentó con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos a principios de los años noventa.
La controversia se originó en 1993, durante la 65.ª edición de los Premios de la Academia. Gere fue invitado a la ceremonia como presentador de la categoría Mejor Dirección de Arte. Tenía un guion sencillo que mencionaba a artistas como Rembrandt, Monet y Da Vinci; sin embargo, decidió desviarse del texto.
La intervención espontánea de 1993
Cuando tomó el escenario, Richard Gere optó por improvisar. En vez de mantenerse fiel al guion, comenzó a reflexionar sobre el gran alcance global de la ceremonia, destacando que esta incluso “se transmitía en China”. En un mensaje político espontáneo, se pronunció a favor del Movimiento de Independencia del Tíbet y denunció las violaciones a los derechos humanos en la región.
El actor hizo un llamado directo hacia el líder chino Deng Xiaoping y mencionó “un horrendo problema en derechos humanos” que afectaba al Tíbet. Sus palabras fueron directas y contundentes, enviando un mensaje de paz y libertad:
> «… Si algo milagroso, realmente como en las películas, pudiera suceder aquí, donde todos pudiéramos enviar amor, verdad y cordura a Deng Xiaoping ahora mismo en Pekín, para que retire sus tropas y saque a los chinos del Tíbet y permitiera a la gente volver a vivir como personas libres e independientes”.
La reacción de los productores de la gala
El gesto espontáneo tomó por sorpresa a los productores del evento. Gil Cates, entonces productor de la ceremonia, emitió un comunicado furioso ante la prensa, recogido por Far Out Magazine, donde criticó duramente al actor: “Que alguien a quien invito a presentar un premio aproveche ese momento para postular una creencia política personal, creo que no solo es indignante, sino también de mal gusto y deshonesto”.
De acuerdo con The Hollywood Reporter, Gere fue “prohibido” de asistir a las ceremonias posteriores. Aunque oficialmente la Academia negó cualquier represalia, el actor insiste en que no volvió a ser bienvenido durante años. Lo cierto es que no reapareció en la gala hasta 2003, cuando el éxito de Chicago lo llevó de regreso a la alfombra roja.
- Regreso oficial como presentador: Recién en 2013, Richard Gere volvió a subir al escenario de la gala como presentador de la categoría Mejor Banda Sonora y Mejor Canción original, junto a Renée Zellweger, Catherine Zeta-Jones y Queen Latifah.
El propio Gere ironizó sobre su regreso en una entrevista recogida por The Huffington Post: “Al parecer, me han rehabilitado. Parece que si te quedas el tiempo suficiente, se olvidan de que te han expulsado”.
La filosofía budista y el activismo de Gere
La controversia por su apoyo abierto al Tíbet tuvo repercusiones más allá de los premios Oscar, convirtiéndolo en una figura no grata en territorio chino. Gere contó a GQ que fue excluido de varios proyectos cinematográficos debido al temor de algunos productores a posibles represalias de la industria de dicho país.
A pesar de las consecuencias, Richard Gere asegura que nunca se tomó el veto de manera personal y que no vio a nadie como villano, pues su postura está cimentada en el budismo tibetano. Gere conoció al Dalai Lama hace unos 45 años, un encuentro que, según ha narrado, marcó su vida dentro y fuera del cine.
En su entrevista más reciente, Gere insistió en que el castigo nunca fue personal:
> “No me lo tomé personal. No creo que hubiera un villano en esa situación. Yo hago lo que hago y, desde luego, no pretendo hacer daño a nadie. Sí pretendo hacer daño a la ira. Pretendo hacer daño a la exclusión, a los abusos contra derechos humanos…”
El actor explicó que no ha hablado sobre el veto de los Oscar con su amigo, el Dalai Lama, ya que el líder religioso no se interesa en el cine, más allá de alguna felicitación por un reconocimiento. Concluyó que intenta mantenerse fiel a los principios de Su Santidad, bajo la convicción de que «todo el mundo es redimible y que, al final, todos tenemos que ser redimidos o ninguno de nosotros lo será».
El caso de Richard Gere en los Oscar de 1993 evidencia la delgada línea entre el arte y la política, mostrando cómo la toma de postura puede suponer una censura, oficial o no. Su compromiso inquebrantable, ahora plasmado en el documental Sabiduría y felicidad que llega a México, subraya una pregunta fundamental: ¿cuál es el verdadero costo que un artista debe pagar por usar su plataforma global en defensa de los derechos humanos?







