
Por: Jorge A. Martínez Lugo.
Le sangra la boca a Joaquín Hendricks Díaz, al exigir la salida de Pedro Flota Alcocer de la presidencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, como si esa fuera la solución al derrumbe y casi desaparición de la otrora aplanadora y al que dice no renunciará, de acuerdo con la reciente y oportuna publicación de los colegas de Reporteros de Banqueta.
Se muerde la lengua quien es uno de los exgobernadores más gris en la joven historia de Quintana Roo; quien comenzó la fiesta del endeudamiento público flagelo de las finanzas del estado y cuyo mandato es más recordado por los escándalos de familia y de faldas que protagonizó; por su enriquecimiento explicable; y por la carencia de visión y proyectos de desarrollo, aparte del turismo, del que por cierto, él mismo es socio y beneficiario de negocios desde el poder, como es el caso del muelle de cruceros de Mahahual.
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HENDRICKS 2.8%
¿Con qué autoridad moral habla? –y sin defender a Pedro Flota, que sería tema aparte– cuando su propia hija, Leslie Hendricks Rubio, apenas alcanzó el 2.8 por ciento de la votación como candidata priista a la gubernatura en 2022, es decir, que si fuera por el apellido Hendricks el PRI ya hubiera perdido su registro.
¿Y por qué resultado tan pobre de Leslie? Pues porque Hendricks es parte de la caída del PRI, es un verdugo de su propio partido. En 2022 Leslie se postuló sola porque “Alito” pactó con el niño verde Jorge Emilio; el verde no se unió a Layda en Campeche, a cambio “Alito” le paga en Quintana Roo sacrificando a Leslie. Hendricks estuvo en medio de esta negociación, como verdugo del PRI y de su propia hija. Y a cambio, la propia Leslie ostenta hoy un cargo en el CEN del PRI, con “Alito”; qué bonita familia. Por eso están como están! ¿Entonces?
Tampoco culpa Hendricks al presidente nacional de su partido, Alejandro Moreno Cárdenas, político corrupto de siete suelas, de quien tendría muchas más razones para exigir su expulsión, considerando no sólo su nivel de pillería, sino por los peores resultados que ha dado en la historia del PRI y que lo tiene en la extinción. Al contrario, de “Alito” dice Hendricks que “él sí debe permanecer en el cargo y terminar su periodo”, ¡hágame el favor!
Tampoco se conoce que Hendricks forme parte de algunos de los grupos internos –cuando menos hay dos– que están construyendo una reforma del PRI, incluso se habla de una refundación, pero el ex mandatario notable por sus constantes visitas a fiestas en Cuba, tampoco se sabe que haya firmado algunos de los documentos que buscan esa “refundación” y/o la renuncia de “Alito”.
En fin, desde esa altura de su pequeñez moral, el ex gobernador y ex presidente estatal del priismo quintanarroense, se atreve a exigir la salida de Pedro Flota, como si esa fuera la solución; resulta que Hendricks se mordió la lengua y le sangra la boca. Usted tiene la última palabra.
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