
Hugo Martoccia
El esperado regreso de Rafael Marín a la política en México generó un fenómeno curioso: todos los sectores involucrados, tanto quienes lo apoyan como quienes no, están contentos. Unos dicen que es la confirmación definitiva de que va por la candidatura a la gubernatura en 2027, con la venia de la Presidenta. Otros dicen que su destino político queda acotado a la administración federal, y que si se anima a lo electoral chocará con una realidad muy diferente.
La pregunta pudiera ser entonces: Si todos están contentos ¿quién se está equivocando en su análisis?.
Lo primero que hay que decir es que todas las versiones surgen de las expectativas. Los hechos de la realidad son más concisos que esas especulaciones a futuro. Esos hechos dicen que Marín fue nombrado director de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), un cargo altamente complejo pero de cercanía indudable con la presidenta Claudia Sheinbaum.
Oficialmente, su tarea es aumentar la recaudación en esa sensible área del Gobierno. Los números son gigantescos: se habla de que la Presidenta quiere que las aduanas generen 500 mil millones de pesos más al año, del casi billón de pesos que hoy generan.
A la par de ello, el entorno de ese trabajo es de alto riesgo. Se trata nada más y nada menos que de las porosas fronteras comerciales de México. No hay un grupo de poder, institucional o fáctico, que no tenga intereses allí. Por eso, para operar ahí dentro se requiere del cuidado, la precisión y la intuición de quien camina por un campo minado.
Hasta ahí los hechos. Desde ese punto parten las versiones diferentes.
Rafa 2027
El sólido grupo que apoya el proyecto de Rafael Marín en el estado, tomó la noticia como la confirmación de que la Presidenta le dio el visto bueno para ir por la gubernatura en 2027. Este mismo espacio dijo, semanas atrás, que esa era una condición básica que el mismo Rafa había expresado ante su gente. Sin la venia de la Presidenta, no se iba a mover.
Con el paso de las horas y los días se supo algo más sobre eso. La versión de los rafistas es que el acuerdo con Claudia incluye ordenar las aduanas, aumentar la recaudación, y de ahí quedará liberado para ir por Quintana Roo.
“Lo acercó a México y le va a dar condiciones para que se mueva en Quintana Roo”, dijo alguien que habla de manera asidua con él. Mientras tanto, Rafa podrá operar a sus anchas desde un espacio que le dejará mover, según se comentaba esta semana en medios nacionales, un presupuesto de dos mil millones de pesos en diversos servicios de las aduanas del país.
Para ese grupo, la trascendencia del encargo es una muestra más de que Rafa se mueve en otro nivel político, y que su relación con Palenque y Palacio Nacional es óptima. Tanto, que en ese sector dan por sentado, por lo que oyeron en Palacio Nacional, que esta es la confirmación de que Gino Segura no será candidato en 2027.
Eso último es parte de lo que se vio y se escuchó en estas últimas horas en el equipo de Rafa Marín, donde la felicidad llegó casi hasta la euforia en algunos casos.
Hay, al final de esta versión, una aparente contradicción.
Se dice que una instrucción de Claudia, con respecto al tema Quintana Roo, fue que Marín se sentara a hablar con la gobernadora Mara Lezama. La Presidenta no quiere rompimientos en los estados donde las cosas van más o menos tranquilas, porque ya tiene demasiados problemas que resolver.
Pero a la vez, la reaparición de Rafa, y su reciente nombramiento, no han hecho más que reactivar a todos los sectores alejados de Mara. Tarde o temprano, dicen, los actores políticos que no están en el marismo ni lo orbitan, terminarán apoyando el proyecto de Marín, que no es, de más esta decirlo, el de Mara.
En ese proyecto de Rafa incluyen, a futuro, a personajes como Marybel Villegas, por ejemplo, y todos aquellos que no tuvieron posiciones relevantes con la gobernadora. También creen que se unirán varios personajes políticos que han estado con Mara, pero que fueron expulsados de su primer círculo por diferencias con ella o con su férreo y acotado entorno. En esa lista anotan el nombre de no menos de dos o tres alcaldes inconformes, que van a jugar a dos puntas todo el tiempo que puedan.
Un dato relevante en ese sentido: varios actores importantes de la oposición también festejaron el regreso de Rafa casi como un triunfo propio. Creen que es la única opción para generar un equilibrio de poder en el estado. Y muchos de ellos también están dolidos con la gobernadora.
Si un agrupamiento así sucede (heterogéneo, pero con el objetivo común del anti marismo) será difícil que todo esto no termine en alguna forma de rompimiento.
La Congeladora
Una algarabía similar a la recién comentada se vivió en estos días en gran parte del marismo. La llegada de Marín a la ANAM, aseguran, es una forma de sacarlo completamente del estado y dejarlo sin más margen de operación que algunos movimientos políticos de menor alcance.
“Con esto, no le va a dar para ser candidato”, decían en el círculo más puro del marismo.
Varios señalaban, incluso, el gesto adusto de Claudia cuando dio a conocer la noticia, la cual ni siquiera salió de sí misma (no fue un anuncio como tal) sino en respuesta a una pregunta. Algunos actores políticos no dejaron de observar que no hubo un sólo elogio de la Presidenta para Rafa, muy lejos de los halagos que siempre le brindó Andrés Manuel López Obrador.
El fondo del asunto, dicen (y hay variadas versiones sobre eso en medios de comunicación nacionales) es justamente que Rafa es otra imposición de AMLO que Claudia no ve con buenos ojos, pero que acepta por el bien de la causa y los acuerdos.
Y se preguntan. ¿Por que podría Marín ordenar hoy lo que no pudo hace dos años?. El paso de Rafa por Aduanas durante el mandato de AMLO duró solo seis meses, y terminó con una salida inesperada a Suiza, a una suerte de exilio o protección dorada.
“Nadie sale bien de ahí”, dicen en el marismo, con referencia a Aduanas y su complejo entramado de intereses. Aseguran que será la tumba política definitiva de Rafa; saldrá de allí golpeado y su capacidad de maniobra política será limitada.
Esas mismas voces recuerdan también el interés de Marín por ser gobernador de Quintana Roo en 2022. AMLO dijo públicamente que prefería que siguiera trabajando con él, y lo sacó de la jugada. Si su amigo del alma no le dio la gubernatura ¿por qué la lograría ahora?, preguntan. (Porque Mara era un proyecto de consenso desde el 2018, dicen los rafistas; ahora no hay tal consenso)
Quienes ven esa cara de la moneda (la marista, digamos) dicen que no será Claudia la que catapulte a un lopezobradorista a una gubernatura en 2027, año en el que muchos esperan que haya un desmarque importante de Sheinbaum con el ex presidente. (Aunque esa versión, debe decirse, es demasiado voluntarista).
En el marismo dicen que el plan de Rafa era ser superdelegado del Gobierno Federal en el estado, una posición ciertamente muy diferente y con un campo de acción estatal infinitamente mayor. Daban por hecho que Rafa Marín quería volver al estado para armar un grupo de negociación hacia el 2027, pero nunca creyeron que realmente pensara en ser gobernador, sino que intentaría meter a cuadros suyos en distintas posiciones, empezando seguramente por Cancún.
Ahora quedará lejos incluso de esa posibilidad, aseguran. En el marismo consultan asiduamente encuestas en las cuales Rafa no aparece, y creen que dos años es un tiempo muy escaso para armar una candidatura de la nada, con alguien que jamás se ha probado el traje de candidato, y sólo construida sobre las bases de un sector del morenismo.
“Rafa Marín es alguien muy conocido dentro de la política del estado, y muy desconocido afuera de la política. Y los candidatos deben ser competitivos en las encuestas, según lo que ha dicho Andy”, dijo alguien que ve esos números.
Final
Como se ve, las dos versiones son totalmente contrapuestas. Arriesgarse a una síntesis es prematuro, porque el juego real aún no empezó a jugarse. Se verá cuando Rafael Marín asuma su cargo y empiece a moverse. O no.
Pero ante tal disparidad de criterios, da la sensación de que una de las dos partes está muy equivocada. Será cuestión de algunos meses para comenzar a vislumbrar cual de estos dos sectores políticos leyó mal las señales. El que haya cometido el error, habrá perdido un valioso tiempo en esta carrera hacia el 2027 que ya comenzó.